Como conclusión a todo lo expuesto anteriormente, volvemos a incidir en dos aspectos fundamentales: Los integrantes de las listas y los programas electorales.
Lo ideal sería, (sobre todo en poblaciones menores de 100.000 habitantes, en las que generalmente todos nos conocemos, si no directamente, al menos por referencias), que las listas de candidatos para formar gobierno municipal fueran abiertas, ya que de esta forma podríamos elegir aquellos/as que verdaderamente nos parecieran más idóneos para llevar a cabo la gestión municipal.
Esto no es posible en la actual campaña porque requiere una reforma de la Ley Electoral que, sobre todo los partidos mayoritarios, no están dispuestos a asumir. Pero no estaría de más iniciar una campaña de firmas y adhesiones para conseguir para un futuro esta reforma de la Ley. (Si alguien tiene alguna idea sobre cómo iniciar una campaña de este tipo, no estaría de más que lo expusiera en un comentario a este artículo).
Volvemos a insistir en esta ocasión, en que se estudien detenidamente las listas que se presentan, olvidándonos un poco de las siglas y fijándonos más en los integrantes de las mismas, en su idoneidad y capacitación para la labor que van a desarrollar, ya que entendemos que la actividad municipal es más de gestión y administración de recursos, aunque no podemos olvidar que siempre van a ir “impregnados” de una ideología política.
Por último, no tengamos ningún reparo en comparar los distintos programas y sobre todo fijarnos en la “posibilidad” de realización que los postulados que expresan tienen de llevarse a cabo. Debemos desconfiar de programas que incluyen proyectos que de antemano sabemos que no van a poder realizarse o al menos no hay posibilidad a corto ni a medio plazo.
En fin, gracias por vuestra “paciencia” y a esperar listas y programas, quizás entonces nos atrevamos a realizar algún estudio comparativo.
